No sé si será por las horas que he pasado en la carretera estos últimos años yendo y volviendo del colegio o por escuchar hablar de ello a mis amigos, de lo que estoy segura es que no viene de mi pasión por los coches.
El caso es que el otro día me levanté y sí, había soñado con ellos. No recuerdo muy bien el sueño, pero en él, había vuelto a la niñez y estaba con mis hermanos en el jardín de casa jugando con los Transformers, unos coches que, si movías las piezas, pasaban a ser robots.
El mix de todo dio lugar a una idea que voy a intentar poner por escrito. Que me perdone el lector si no llego a expresarlo bien con las palabras.