Ir al colegio antes de los 3 años: ¡toda una aventura!

La etapa de 0 a 3 años es crítica para el desarrollo humano, y la decisión de llevar a un niño al colegio antes de los 3 años implica no solo proporcionar una experiencia educativa temprana, sino también establecer las bases para una socialización saludable entre iguales.

Cuando los padres deciden matricular a su hijo en el primer ciclo de Educación Infantil, están brindándole la oportunidad de aprender de manera significativa, compartir y desarrollar algo tan valioso como la empatía.

Un mundo nuevo fuera de casa.

Imagina que tu hijo tiene menos de 3 años y entra a un aula llena de juguetes, colores y niños corriendo con risas de fondo. Al llevarlo, le estás dando la oportunidad de explorar un entorno nuevo y diferente al habitual, además de aprender en un entorno estructurado que con el tiempo se volverá familiar.

Un aspecto importante y positivo es que se adaptarán a la rutina y a tener obligaciones antes que un niño que comience el colegio por primera vez a los 3 años. Aunque parezcan pequeños, aprenden a escuchar, a esperar, a seguir instrucciones breves y también a respetar normas para convivir en sociedad.

Aclararemos esto con un ejemplo: un niño de 1 año que nunca se ha sentado a leer un cuento y no tiene una rutina marcada ni «obligaciones» puede encontrar más difícil enfocar su atención cuando comience su etapa escolar. En primer ciclo, poco a poco se les exige ciertos aspectos, como permanecer sentados durante un espacio breve de tiempo, comer con cubiertos, darles el uso correspondiente a los objetos y mantener su entorno ordenado y limpio. Es decir, aprendemos a vivir en comunidad desde que nacemos.

Estimulación cognitiva

Los primeros tres años son especialmente cruciales, ya que el cerebro experimenta un crecimiento acelerado y una conexión entre las neuronas. En el cole, entendemos que es importante aprovechar al máximo esta oportunidad de manera temprana. No estamos hablando de aprender los colores ni de aprender a contar, se trata de prepararles para el futuro, de alimentar las habilidades mentales fundamentales que serán la base de su aprendizaje futuro.

Y…¿de qué manera lo hacemos? A través de actividades pensadas y programadas previamente  para fomentar la curiosidad, la exploración y la estimulación sensorial.

Nuestro principal enfoque se centra en desarrollar habilidades como la atención, la memoria y la capacidad para resolver problemas. Los niños absorben información como esponjas y nuestro principal objetivo como profesor es proporcionar al niño un entorno estimulante que alimente su conocimiento. En 3 años encontramos niños más seguros, creativos y listos para enfrentar los desafíos académicos y sociales que les esperan en un futuro.

En resumen, estimular cognitivamente a un niño antes de los 3 años no es solamente una decisión de los papás de llevar o no al niño a la escuela infantil. Se trata de una inversión en el futuro de cada niño.

En el colegio nos esforzamos cada día e intentamos que crezcan fuertes, con ganas y entusiasmo de seguir aprendiendo cosas nuevas, motivados para el mundo educativo que les espera a lo largo de su etapa escolar.

Por otro lado, se enriquecen de la diversidad

El entorno educativo proporciona a los niños la oportunidad de interactuar con otros niños de diferentes contextos culturales y familiares. Tener este contacto de manera temprana con la diversidad contribuirá a la formación de una mente abierta y tolerante. Una vez más, están aprendiendo a convivir en sociedad y estarán mejor preparados para su vida adolescente y adulta.

También, mejora la autoestima y confianza en sí mismo

El niño que empieza el cole antes tiene la oportunidad de explorar, experimentar y aprender de manera independiente con las actividades que se le proponen diariamente en el centro. La satisfacción de realizar estas tareas bien hechas para ellos son logros, lo que contribuye a construir su autoestima y confianza en sí mismo. La sensación de superación de pequeños desafíos en el cole hace que establezcan una base sólida para su crecimiento emocional de manera positiva.

En conclusión, la socialización antes de los 3 años es crucial para el correcto desarrollo infantil, ya que establece unas bases para tener relaciones saludables y buenas habilidades para convivir en grupo. Durante esta etapa educativa, los niños aprenden a comunicarse, a compartir e interesarse por el otro. La socialización temprana fuera del entorno familiar contribuye al desarrollo emocional, fomentando la empatía y la capacidad de expresión desde su primer año de vida.

María Navarro Olmo

Tutora 1 años C

Colegio Alborada

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