“Lenguaje de signos para bebés”

El lenguaje de signos para bebés “Baby sign language”, emplea gestos basados en el lenguaje de signos para personas con discapacidad auditiva, adaptados a las capacidades motoras de los bebés, para hacerlos sencillos e intuitivos.

El baby sign language o “BSL”, surgió en EEUU en los ochenta. El Dr. Joseph García, un especialista en Desarrollo Infantil, observó que los bebés de padres no oyentes podían comunicarse más fácilmente que los bebés de padres oyentes. Estudios posteriores realizados por L. Acredolo & S.Godwin, “The Original Sign Language Program for Babies” e “Impact of Symbolic Gesturing”, demostraron que estos niños tenían mayor facilidad de adquisición del lenguaje, autonomía, sociabilidad y un vocabulario más extenso.

¿Por qué enseñar signos?

En el colegio Alborada trabajamos con el lenguaje de signos americano “ASL”, ya que lleva 20 años impartiéndose y al ser el pionero, es el que más recursos y material audiovisual dispone, el más hablado y el que posee más reconocimiento a nivel mundial. Tras cuatro cursos inmersos en el proyecto de signos, podemos responder con rotundidad al mayor temor que surge siempre. El lenguaje de signos para bebés, no retrasa el habla, sino que ayuda en el proceso de aprendizaje.

La comunicación gestual es un sistema aumentativo, no alternativo, que sirve de puente hasta la aparición del habla. Este lenguaje bimodal, no interfiere en el desarrollo oral, ya que el gesto no sustituye a la palabra, sino que apoya al sonido con el signo, transmitiéndose sensorialmente de forma auditiva y visual.

Poder expresar sus necesidades y deseos antes de que su aparato fonador esté preparado, además de evitar frustraciones, les permite entender el acto de la comunicación, mostrando mayor interés, favoreciendo la aparición del lenguaje y estimulando el intelecto.

¿Cuáles son las ventajas en el aula?

  • Facilita la comunicación con niños de necesidades especiales.
  • Estimula el desarrollo de todos los tipos de inteligencia (visual, auditivo y kinestésico).
  • Desarrolla la psicomotricidad fina.
  • Aumenta los niveles de concentración.
  • Favorece la adquisición del lenguaje oral.
  • Fomenta el bilingüismo.
  • Propicia la socialización y las relaciones de cortesía.

¿Cuándo empezar?

Responder a su nombre con la mirada, imitar lo que ve, sacar su lengua, dar palmas, jugar al cucutras, son indicativos de que su cerebro empieza a desarrollar la memoria a largo plazo y alcanza la madurez suficiente para empezar a probar los primeros signos, esto sucede alrededor de los 6 meses.

Podemos comenzar a ver resultados, en cuanto el niño muestre interés por el lenguaje y la comunicación verbal. Coincide generalmente con el desarrollo de las habilidades motoras finas, el inicio de la pinza digital y la coordinación óculo manual, en torno a los 8-10 meses. Adquirir la sedestación sin apoyo, también favorece este aprendizaje, ya que les permite tener sus manos libres y poder practicar.

¿Cómo empezar?

Llamar al niño por su nombre y una vez establecido el contacto visual, hacer el signo. Asegurarnos de que el niño ha observado el gesto y repetir con cada alumno de forma individual, así lo observarán en múltiples ocasiones. Podemos hacer el signo con su mano, inmediatamente después de realizarlo nosotros y así sentar las bases del movimiento con su propio cuerpo.

Incorporamos los signos en la vida diaria, eligiendo tres o cuatro palabras relacionadas con las necesidades básicas y rutinas, expresando la palabra junto al signo siempre, ya que para obtener resultados es imprescindible tener constancia.

¿Cómo trabajar en clase?

En el aula añadimos signos clave en la asamblea (sol, amigo…), adaptados a los temas tratados a diario. Leemos cuentos y cantamos canciones con signos, destacando las palabras más significativas que aparezcan en ellos.

También trabajamos con signos en el segundo idioma favoreciendo el bilingüismo, ya que asocian el signo a una palabra con igual significado, pero con diferente sonido, adquiriendo el concepto de forma natural.

“Cuando las manos hablan y los ojos escuchan”.

Mayca Sanz Belmar

Colegio Alborada

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