Los estudios de FP se han considerado, tradicionalmente, como una alternativa para aquellos alumnos que no se consideraban suficientemente preparados para estudiar una de las opciones del bachillerato.
Esta consideración ha sufrido un cambio radical en los últimos años. La Ley Orgánica de Ordenación del Sistema Educativo del 3 de octubre de 1990, ya establecía en su primer artículo y entre los fines de la educación el siguiente:
“La capacitación para el ejercicio de actividades profesionales”Es decir, que uno de los fines del sistema educativo es capacitar para realizar una profesión, lo que implica una relación directa con la formación profesional.
De todas formas, podríamos preguntarnos, en el imaginario cultural ¿se entiende la FP como una primera opción de estudios postobligatorios? Como primera opción todavía no, puesto que el sobre el total de matriculados en enseñanzas postobligatorias los que eligen FP son el 33,67%, con una mayor presencia de hombres (38,13%) que de mujeres (29,59%).
Sin embargo, la idea que los estudios de FP proporcionan una mayor posibilidad de encontrar empleo que los de bachillerato y los títulos universitarios es evidente.
Como ejemplo, el dato de que la Formación Profesional de Grado Superior ha crecido un 43,3% en los últimos cinco años. Esto implica que alumnos, que en absoluto son malos estudiantes puesto que han aprobado el bachillerato o un ciclo medio, optan cada vez más por estudios que permitirán una mayor posibilidad de empleo.
No solo las opciones particulares hacen de la FP una opción de futuro, también las legislativas contribuyen a ello. La nueva Ley de Formación Profesional, aprobada el 23 de Marzo de 2022, pretende “una transformación global del sistema de formación profesional y convertirlo en un sistema único que sea puerta a un empleo de calidad para los jóvenes, que sea capaz de responder con flexibilidad a los intereses, las expectativas y las aspiraciones de cualificación profesional de las personas a lo largo de su vida y a las demandas de los sectores productivos.”
La formación en la profesión de cada uno se convierte así en una tarea de toda la vida laboral, en total relación con las demandas del mercado productivo.
Por todo lo expuesto con anterioridad, creo que se puede afirmar con rotundidad que la FP ha dejado de ser hace mucho tiempo una opción para los que no podían estudiar bachillerato, sino que se ha convertido en el camino más directo para encontrar empleo y para mantener una formación de profesionales a lo largo de toda su carrera.
Las muy recientes noticias de falta de soldadores o de camareros lo que hacen es redundar en esta idea de que los estudios de formación profesional van a ser cada vez más demandados.
Javier Doncel Fernández
Director Titular
Colegio Alborada