Metodología e Innovación Educativa

Ninguna herramienta debería condicionar una metodología pedagógica

En los últimos años, la Educación y los Centros Educativos se han visto totalmente imbuidos con la idea obsesiva de cambiar, de innovar, de utilizar los recursos tecnológicos por muy rocambolesco que a priori pueda parecer. No importa si es adecuado, conveniente o si realmente es pedagógico. Lo que importa es innovar. Hay que utilizar tabletas, smartphones, realidad virtual, realidad aumentada, robots, arduino, impresoras 3d…

Es decir, se está confundiendo el recurso, la herramienta con la metodología en sí. Ninguna herramienta debería condicionar una metodología pedagógica. Sino que, si se tiene una metodología clara, bien diseñada, cargada de contenido y objetivos pensados para conseguir que los alumnos crezcan multidisciplinarmente, no estará condicionada por ningún recurso. Ahora bien, sí que puede verse reforzada y potenciada por ellas.

Nos encontramos en un momento en el que nos llegan buenos informes de metodologías que se crean, desarrollan e implementan en otros países de acuerdo con sus características y su cultura. Y pretendemos aplícalas íntegramente sin analizarlas, sin estudiarlas ni adaptarlas. No tenemos en cuenta nuestras raíces, nuestra cultura, las características personales y sociales de nuestros alumnos. Que difieren bastante en algunos aspectos fundamentales de los alumnos que residen en dichos países.

Por ello, huyendo de los cientos de nuevos gurús de la educación, que florecen a modo de champiñones, y que tratan de vendernos su producto, deben surgir los Centros. Con criterio y rigor pedagógico, defendiendo su ideario y planteando una metodología sería que les permita crecer y dar una educación de calidad. Para ello, está bien investigar, leer, e incluso aprender las ideas adecuadas y correctas que proponen las nuevas metodologías.

Escribiendo este artículo no puedo dejar de pesar en las palabras de Victor Hugo: “Cambia de opinión, mantén tus principios; cambia de hojas, mantén intactas tus raíces”.

Copiemos lo que nos interese, lo que se amolde a nuestro ser. Adaptemos lo que necesitemos e incluso desarrollemos nuestros propios medios meteorológicos.
Es una suerte poder trabajar en un Centro en el que se tienen claras las raíces, la ideología y que pretenda crecer, trabajar e investigar para alcanzar la excelencia. Donde se utiliza la tecnología como herramienta. Donde lo primero es el crecimiento integral de la persona, entenderla, conocerla. Trabajar en equipo para desarrollar todo su potencial. Siempre desde el respeto y con la base del amor.

En mi opinión como docente, tras quince años de experiencia, y aún mucho por aprender, mejorar y crecer como persona, me alegra ver que entre este “mare magnum” de centros educativos hay unos pocos con las ideas claras. Que, aunque continúen creciendo y reinventándose a sí mismos, están investigando y tratando de coger lo mejor de cada metodología mientras elaboran la suya propia pero siempre teniendo claro sus raíces, sus valores y como fuente subyacente el respeto y el amor.

Apostemos, por tanto, por la innovación, sí, por el cambio, por la tecnología como herramienta, pero con cabeza, con sentido crítico, sobre todo, con amor hacia nuestros alumnos.

Isaac Orviz

Especialista Pedagogía Terapéutica

Colegio Alborada

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