El coaching pedagógico, una herramienta para cumplir nuestra misión educativa

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El coaching pedagógico, una herramienta para cumplir nuestra misión educativa

¿A quién no le gusta sacar el mayor potencial de sí mismo personalmente y profesionalmente? ¿Quién no quiere desarrollarse personal y profesionalmente? No he visto a ninguna persona que no quiera dar lo mejor de sí.

A lo largo de estos años trabajando en Educación he procurado “darle la vuelta” a las aulas, a la manera de enseñar. Pero veía que, por mucha formación que daba al profesorado, había personas que eran una esponja y cambiaban su rol como profe y aplicaban lo que le enseñabas y otros muchos que pensaban “esto no es para mí, tú cuéntame lo que quieras”…

El año pasado descubrí el poder del coaching. El coaching es esencialmente una conversación. Es un diálogo dentro de un contexto productivo, y orientado hacia unos resultados. El coach es como el entrenador personal de un maestro en el que el propio entrenador siempre aprende algo.

Leonardo Ravier, en el libro Arte y Ciencia del coaching, dice que “el Coaching procura el desarrollo del potencial de las personas bajo las máximas de la libertad y del respeto incondicional del ser humano”, porque “el coaching nace bajo la creación consciente o inconsciente de personas que valoran el potencial del ser humano y su desarrollo”.

EL coaching pedagógico que se realiza en tres momentos:

    1. Pre-coaching: 15 min antes de dar la clase se le hacen una serie de preguntas relevantes al profesor para contextualizar lo que vamos a ver en clase.
    2. La observación en el aula (1 hora): en la cual observamos la clase y escribimos sobre las evidencias en los alumnos, teniendo como marco lo que debería ser una buena clase (clima, disciplina positiva, intervención directa del docente, feedback y evaluación, autonomía en el trabajo, participación e implicación de los alumnos, comprensión y nivel de desafío del conocimiento, personalización de los aprendizajes, etc), además de empujar y abrir posibilidades al coachee.
    3. Post-Coaching: Dura 20-30 minutos en los que el coach le da el feedback al profesor basado en las evidencias observadas en las que el coach hace de espejo al profesor para que reflexione y se autoevalúe cómo ha ido la clase, consiguiendo que el docente por sí mismo se establezca al menos dos objetivos de mejora y defina un plan de acción con los objetivos planteados.

El coaching pedagógico es efectivo no porque la entrevista vaya bien. Es efectivo si ese profesor ha reflexionado y al día siguiente en el aula hace algo distinto.

El profesor coach multiplica las oportunidades de aprendizaje en sus compañeros profes con su lenguaje, con su actitud de aprendizaje continuo, con sus cambios… Tiene una tensión como profe que le mantiene siempre despierto, en movimiento, porque sabe que tiene que tener una musculatura interior para cambiar vidas.

Esta herramienta sólo tiene sentido si nuestra meta es acompañar al alumno al nivel óptimo de su desarrollo. Ningún alumno se puede quedar por debajo de sus posibilidades y esta meta tan difícil que es la personalización del aprendizaje sólo la puede conseguir un profesor reflexivo, en formación continua y progresiva y con gran preocupación por sus alumnos.

Menchu Garralón

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