Cuando en el Colegio Alborada vamos de excursión y mis alumnos vienen sin uniforme lo cierto es que me maravilla verlos desde una nueva perspectiva y ver cómo en parte afirman su personalidad por medio de su modo de vestir. Sin embargo, en el Colegio Alborada los alumnos visten de uniforme. Es cierto que muchos ven el uniforme como una especie de opresor de la personalidad que hace que el carácter individual se diluya entre la masa. En mi opinión, nada más lejos de la realidad. El uso de uniforme presenta varias ventajas en las que querría fijarme.
En primer lugar, a nivel familiar, se puede ahorrar mucho tiempo y muchas discusiones en casa. Las discusiones sobre vestir de un modo u otro pueden resultarnos familiares, pero no supondrán una pérdida de tiempo o energías durante las mañanas, momento en que ambas cosas son tan necesarias. Este tipo de encontronazos suelen quedar bastante al margen cuando se lleva uniforme. Además, en el día día se ahorra el desgaste de la ropa y con ello se espacia la necesidad de comprar nueva. A la larga, supone un leve, aunque cierto desahogo a nivel de economía doméstica.
Por otro lado, evitamos también las comparaciones entre los alumnos y la presión de grupo a la hora de vestir de un modo u otro, discusiones que es fácil que aparezcan en función del precio o del prestigio de la ropa que se lleva.
Y aquí enlazamos con las ventajas que supone para el colegio, y es que muchos problemas de disciplina venidos de esa comparación o de esa presión de grupo, se verán atenuados en el ámbito escolar. Del mismo modo, no tendremos que usar tanto de nuestras energías y tiempo para explicar lo apropiado o no de ciertos modelos, modas o modos de vestir. Por otro lado, y más allá de la urbanidad en el vestir, también se favorece un ambiente formal que a nivel académico será favorable para el alumno, y además de ello, puede verse como una preparación laboral continua de cara a una posible uniformidad en su puesto de trabajo futuro.
Sin embargo, en mi opinión y aunque mucha gente pueda no verlo así, me parece que el punto más interesante del uso del uniforme es el cómo potencia la expresión de la individualidad.
Así es, pues, paradójicamente, es curioso ver como la uniformidad potencia la individualidad: el alumno no depende de un modo de vestir para expresarse. Ha de huir de la diferenciación más superficial que se consigue por medio de unas prendas determinadas y profundizar más en sí mismo si quiere ofrecer una visión de su personalidad, sacándola a la superficie más allá de lo que puede verse a simple vista, de manera creativa y honesta. Para terminar, es curioso ver cómo se combina esta expresión más profunda del propio yo con una unión más sincera con los demás, pues la utilización de un informe acerca al otro más a ti, ya que te es más fácil ponerse en el lugar del que está a tu lado, identificándote con él como parte de algo común, potenciando así de manera invisible la empatía.
Juan Pablo Rincón
Profesor de Literatura
Colegio Alborada