¿Qué características tienen los profesores más competentes?

Educar con cabeza y corazón. Sugerencias para profesores(Digital Reasons)

Recuerdo que en una clase de Bachillerato pregunté una vez: -¿Siempre hay una opción mejor, o hay varias igualmente buenas?… Me refiero a decisiones importantes, en las que uno se la juega con su vida.

Entonces Dioni, un tipo con cara de pocos amigos me contestó: – Oiga profe, ¿no habrá preguntas que es mejor dejar sin responder? Esta es una de las anécdotas de la enseñanza, que refleja algo importante: detrás de cada chica y de cada chico hay un gran potencial.

En este libro me pregunto por las características de un profesor competente. Pienso que, en primer lugar, hay que saber bastante de la asignatura que se explica. Esto ayuda a ilusionarse con la materia y a transmitirla de un modo vivo y ordenado.

También hay que procurar ganarse el respeto de los alumnos. Otra cuestión es actualizarse en métodos de enseñanza. Estamos en un momento clave de renovación de la enseñanza, con un horizonte enriquecedor de comunicación de conocimientos, gracias a las posibilidades tecnológicas.

Por otra parte, hay que procurar querer a los alumnos, preocupándo- nos sinceramente por sacarles adelante. En este sentido, es conve- niente charlar de vez en cuando con alguno de ellos y hablar en alguna ocasión con sus familias.

¡Ah!, otro asunto muy importante: luchar por no desanimarse. Conven- cerse de la enorme importancia que tiene un buen profesor para la vida de mucha gente.

Se habla con frecuencia del desinterés de los alumnos adolescentes y jóvenes por el estudio. No estoy de acuerdo. Los alumnos están deseando hacer una cosa grande con su vida. Necesitan ánimo y exigencia para hacerles ver lo hermosa que es la aventura del saber, y la libertad y seguridad que ofrece. Hay que poner en juego su libertad. Un ejemplo: Cuando hay algo de una asignatura que yo no entiendo, les hago llegar a tener los conocimientos que les sitúan en mi duda. Entonces les pregunto cómo lo resolverían. Siempre me han ofrecido respuestas muy interesantes.

Soy profesor de Filosofía y por eso no he escatimado en reflexiones sobre temas muy humanos por los que los jóvenes se preguntan. Ante la presencia del mal y del dolor, les pongo algún ejemplo, como este: volviendo de una larga excursión en el monte había una hilera de pinos. Uno era deforme: su tronco subía un poco, luego se ponía paralelo al suelo, y después volvía a subir en vertical. Era el único pino en el que el caminante se podía sentar; el pino más útil de todos. Pienso que una frase clave de la vida es esta: “resulta que es al revés”. Los chicos entienden y valoran este mensaje.

Otra idea nuclear que desarrollo es la importancia clave de la familia en la educación. Estoy convencido que el instituto o colegio solo puede secundar a las familias. Padre y madre son insustituibles. Si se ayuda más a las familias a conservarse fuertes, la educación irá mucho mejor.

Soy consciente de que con este libro, dirigido a los docentes, puedo estar vendiendo miel al colmenero. En muchos años de enseñanza, uno de los factores que me han ayudado y me ayudan actualmente, es el ejemplo de competencia y dedicación de tantos compañeras y compañeros de trabajo.

Quería recordarles el gran bien que hacen. A veces se nos puede olvidar. Pero quiero recordar algo más, también con una anécdota que viví. Una vez, un alumno de dieciséis años me escribió en un examen esto: “cuando voy a las clases de Don … (se refería a otro profesor del colegio), creo más en la asignatura, creo más en la vida”. Aquél profesor educaba con la cabeza y con el corazón. Todos podemos intentarlo.

José Ignacio Moreno

Profesor de Bachillerato

Colegio Alborada

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